Stop piercings orales
Los piercing orales son una moda peligrosa que puede causar graves problemas en la boca del paciente. Algunas de esas complicaciones son las siguientes:
1.- Puede favorecer que se acumule en esa zona la placa dental.
2.- Inflamación de la zona donde se ha colocado y/o sangrado.
3.- Daños en las encías y el esmalte. El roce del piercing en las encías o contra los dientes puede provocar recesión gingival, lesiones, llagas y erosiones en el esmalte.
4.- Alteración del gusto y del proceso del habla, dificultad para masticar y salivación excesiva.
5.- Aumenta el riesgo de infecciones. En la boca están presentes numerosas bacterias y la presencia de un piercing facilita el desarrollo de una posible infección.
6.- Posibilidad de fracturas. Es más frecuente de lo que puede parecer al producirse el choque del piercing con los dientes.
7.- Problemas de halitosis al no permitir realizar una higiene bucal completa o porque el propio piercing acumula bacterias.
8.- Ingestión accidental al soltarse.
Si estas advertencias no te convencen y aún así quieres ponerte un piercing oral o si ya lo tienes, te damos unos consejos para minimizar los riesgos:
1.- Utiliza enjuague bucal después de cada comida para mantenerlo limpio y prevenir infecciones.
2.- Comprueba el estado del piercing ya que del uso puede soltarse provocando daños en la zona donde lo lleves puesto.
3.- Evita en la medida de lo posible el choque de éste con los dientes y no juegues a mordisquearlo.
La decisión es tuya pero si aprecias tu salud bucodental piénsalo dos veces antes de ponerte un piercing.