No quiero cepillarme los dientes

Ya sabemos que desde que sale el primer diente de leche hay que limpiarlo y cuando ya han salido todos es muy importante mantener un hábito de limpieza diario, pero con los niños más pequeños a veces no resulta tan fácil y puede convertirse en una labor titánica.

Podemos seguir algunas estrategias:

1. ¿Qué es lo que más le gusta a los niños? Jugar. Pues ¡enséñale jugando!. Hay un montón de libros, dibujos animados y vídeos educativos que le enseñan a cepillarse los dientes. Usa la imaginación. Es muy importante que el niño coopere abriendo bien la boca así que puedes jugar a que es un león o un cocodrilo que abren la boca muy grande.

2. Elige un cepillo de cerdas suaves, de fácil agarre, con la cabeza pequeña y redondeada, con su personaje favorito y además deja que él participe en su elección. Prueba con dentífricos de sabores agradables.

3. Que se mire al espejo. Uno de los errores más habituales es colocar al niño de espaldas al espejo. Le resultará más divertido poder verse y aprenderá dónde y cómo debe limpiarse.

4. Es imprescindible para concienciarles que los padres sean ejemplo. Lavaros los dientes juntos, que el niño mire y querrá imitaros. No es recomendable sancionarlos si no lo hacen, pero sí premiarlos con hacer algo que les guste cuando lo hagan bien. Ojo, ¡olvidaros de la chuches como premio!

5. El dentista, tu aliado. Las visitas regulares con su odontopediatra le ayudarán a familiarizarse con el ámbito odontológico y os puede dar consejos para crear esa rutina de higiene dental.

Es importante que los padres los ayudéis y superviséis hasta que adquieran destreza motriz y puedan cepillarse solos. Sabemos que crear hábitos saludables no es fácil, requiere mucha paciencia y repetir las acciones de forma constante, sin cansarnos, pero si no lo haces a tiempo y pretendes obligarlos por primera vez a los 7 años a cepillarse lo dientes, será casi imposible que lo hagan por voluntad propia.