Estrés y salud oral

El estrés acaba generando problemas de ansiedad y posiblemente relacionéis con él dolores musculares en cuelllo, espalda o problemas estomacales pero tal vez no sepáis cómo afecta a la salud bucodental.

SEQUEDAD BUCAL. Una de las principales reacciones de nuestro cuerpo ante el estrés es la boca seca. Al afectar al sistema nervioso central, las glándulas salivares no consiguen producir saliva correctamente. La xerostomía (boca seca) irrita los tejidos blandos de la boca, facilitando la aparición de infecciones y caries.

GINGIVITIS Y PERIODONTITIS. Suele ser habitual que en periodos de ansiedad se descuide la buena alimentación, se consuman más azúcares, se fume más... y se olvide la buena higiene dental. La placa bacteriana aprovecha estos malos hábitos para acumularse en nuestras encías pudiendo desencadenar en una periodontitis. Por otro lado, la hormona del estrés, el cortisol, puede generar inflamación, lo que propicia un mayor riesgo de enfermedad periodontal.

AFTAS Y HERPES. Las aftas suelen aparecer frecuentemente ya que se produce un descenso de las defensas de nuestro organismo.

BRUXISMO. Además de por otros motivos, puede originarse por problemas emocionales y estrés, pudiendo provocar un desgaste importante en los dientes, debilitándolos hasta el punto de llegar a fracturarlos.

DISFUNCIÓN DE LA ARTICULACIÓN TEMPOROMANDIBULAR. Si el disco articular no se encuentra en la posición adecuada o si le estamos somentiendo a una presión permanente de apretar los músculos por el estrés, es muy posible que no funcione con normalidad, produciendo dolor.

Lo peor de todas estas afectaciones producidas por el estrés es que suelen ocurrir de manera progresiva y la persona afectada no suele notar sus efectos hasta que ya son muy avanzados, por eso recomendamos mantener siempre una adecuada higiene dental, evitar malos hábitos y acudir periódicamente a revisones dentales.